Ingredientes:
- trufa fresca
- mantequilla
Preparación:
- Rallamos la trufa, total o parcialmente.
- Añadimos unos trozos de mantequilla y lo chafamos todo con un tenedor hasta que la trufa se haya incorporado completamente.
- A continuación, con ayuda del tenedor, vamos compactando la mantequilla
- La colocamos sobre un plástico y con la palma de la mano…
- … le vamos dando forma de cilindro haciéndola rodar sobre una superficie plana
- Una vez conseguido el cilindro, lo envolvemos bien en un trozo de film de cocina y lo guardamos en la nevera o en el congelador para su uso, inmediato o aplazado
- Llegado el momento lo cortaremos en discos -o medallones- que utilizaremos a discreción
NOTAS:
- Podemos preparar la mantequilla utilizando únicamente las pieles de las trufas, y reservar el resto para un empleo más noble
- La proporción de cada ingrediente en la mezcla dará lugar a una mantequilla más o menos aromática, es por eso que no he querido adelantar ningún número. Podemos empezar utilizando la fórmula 4×1 o sea cuatro partes de mantequilla por uno de trufa -hay una relación directa entre el precio de la trufa y la mantequilla utilizada; a más precio, más mantequilla-
- Los discos de mantequilla de trufa son muy decorativos y se colocan directamente sobre los platos calientes, justo en el momento de servir. De este modo la trufa conserva todo su perfume y los comensales pueden disfrutar viendo como los medallones van fundiéndose lentamente al llegar a la mesa.
- Empezad con un buen corte de carne asada, con un medallón de mantequilla encima… O unos huevos revueltos con mantequilla de trufa. Sublimes.
- Hay que reconocer que la trufa es un producto de lujo, pero si la trabajamos adecuadamente, para obtener: mantequilla, aceite, coñac, sal, polvo… podemos sacarle el máximo de rendimiento. La inversión vale la pena y se recupera con creces.