Ingredientes:

• 2 mangos maduros
• 1 bote de 200g mermelada de albaricoque
• 1 limón
• 1 clara de huevo + 1 cucharada sopera de azúcar

Preparación:

• Pelamos los mangos, sacamos toda la pulpa y la pasamos a una ensaladera

• Exprimimos el limón y vertemos el zumo obtenido en la ensaladera

• Añadimos la mermelada y lo trituramos todo con la batidora eléctrica

• Pasamos el puré por un colador de rejilla fino y lo introducimos en el congelador unas 3 horas, o hasta que esté a medio congelar

• Batimos la clara hasta que espumee, le añadimos el azúcar y continuamos hasta obtener un merengue brillante y duro

• Sacamos el helado a mitad congelar, rompemos los cristales de hielo groseramente con un tenedor y le añadimos el merengue obtenido

• Lo trituramos y homogeneizamos todo de nuevo con la batidora eléctrica

• Lo volvemos a congelar y al cabo de unas 3 horas, lo sacamos de nuevo, y lo volvemos a pasar a conciencia por la batidora eléctrica hasta obtener una crema helada uniforme, firme y fina.

• Pasamos esta crema a un taper y ya lo almacenamos en le congelador hasta el momento de su utilización (NOTA: se conserva perfectamente durante varios meses)

NOTAS:

• Podemos utilizar mermelada de melocotón
• En el último batido es conveniente probar el sorbete para darle el acabado definitivo. Podemos añadir, si fuese preciso, un poco de azúcar, mermelada o zumo de limón, para despertar la chispa del helado
• Es importante añadirle el merengue para evitar que el sorbete se apelmace formando bloques de hielo
• Es imprescindible antes de empezar el proceso de congelación pasar la pulpa por el colador metálico fino, ya que el mango es muy fibroso y, en boca, estas fibras son francamente muy desagradables
• Con el tiempo el sorbete se vuelve muy compacto, basta sacarlo unos momentos antes del congelador para que tenga la textura cremosa deseada
• El sorbete congelado tiene un color pastel pero una vez descongelado, en el plato, recupera el color intenso del mango