EL TEOREMA DE LA CUERDA VIBRANTE

Tarta de cerezas –                                        CAPÍTULO – IX  
  • Un bramido de animal en majestad desgarró con brutalidad la delicada membrana de silencio que confinaba la materia oscura entre las cuatro paredes fractales del recinto.
  • El olor de los fluidos elementales se expandió por el espacio-tiempo hasta formar un todo compacto.
  • La partícula de dios -demoníaco bosón cuya existencia es un mero acto de fé topológico y cuya esencia es el ser sin el estar- vibraba como una lira cuántica infinitesimal barriendo el todo con la nada.
  • La dulce aura del sarcófago de la habitación, fecundada por una luz negra no electro-magnética, se fué apagando siguiendo un modelo exponencial decreciente estricto.
  • Mientras que en el aire quedó flotando, en suspensión coloidal, una polifonía armónica residual de cuerdas que se podía palpar con los ojos cerrados.

************
               Próxima entrega:           Capítulo – X :   ¿ CUÁNTOS CUANTOS ?
************

Deja un comentario