Ingredientes:

• 1 calabaza
• azúcar

Preparación:

• Partimos la calabaza en dos, le quitamos las semillas, la espolvoreamos ligeramente de azúcar y la asamos a 180º durante 1h30′ en el horno. La sacamos y esperamos a que se enfríe y se pueda manipular.

• Con una cuchara, extraemos toda la pulpa de la calabaza y la pasamos por una media resistente, con el fin de exprimirla al máximo y recuperar el zumo que contiene.

• Reservamos la pulpa extraída para cualquier otra preparación: arnadí, pasteles, almojábanas, cakes, cremas…

• Acabada la recogida del caldo de calabaza, lo pasamos por un colador para eliminar impurezas y lo medimos. Contamos 1 litro de caldo por 250g de azúcar.

•  Mezclamos todo en una cazuela de fondo espeso y llevamos a ebullición.

• Bajamos el fuego y esperamos a que reduzca y la mezcla espese, tome la consistencia de un sirope y empiece a formar un caramelo rubio.

• Apagamos el fuego y guardamos en tarros para cuando se requiera.

NOTAS:

• Esta preparación corresponde a una receta básica es decir va a entrar en la composición de otros platos y complementarlos.
• Este caramelo se emplea en cualquier receta en la que entre el caramelo convencional, con la ventaja de que es mucho más aromático.

• Sustituye perfectamente la miel y las conocidas reducciones de Pedro Ximénez o Módena, al tener un toque ligeramente ácido.
• Cuando se enfría se vuelve compacto, basta calentarlo ligeramente al baño Maria o al microondas para que adquiera la consistencia fluida original.
• Se conserva durante bastantes meses en la nevera
• Es el caramelo perfecto para acompañar cualquier tipo de fruta asada, o cocida,  manzana, pera…
• Las calabazas mediocres para comer asadas, resultan ser las mejores para esta preparación ya que al asarlas sueltan una gran cantidad de caldo, lo que en este caso resulta una gran ventaja.
• La calabaza asada se suele tomar acompañada de azúcar, miel, crema de almendras, caramelo…. Pues bien bañada en su propio caramelo es una bomba de sabor.