Manitas de cerdo caseras

Ingredientes: (Fácil – T: 1h)

  • manitas de cerdo partidas en dos, limpias y listas para usar
  • verduras de caldo: zanahoria, apio, nabo, chirivía, cebolla… 
  • Picada: 2 rebanaditas de pan  + 2 ó 3 ajos + perejil +  una cucharada sopera de frutos secos (piñones, almendras, nueces, avellanas, etc) + pimentón dulce + guindilla + pimienta molida + unas hebras de azafrán
  • Sofrito: aceite de oliva + tomate, cebolla y pimiento, rallados
  • pastilla de caldo concentrado

Preparación:

  • Colocamos las manitas junto con las verduras de caldo en una olla exprés y las cubrimos de agua.

  • Cerramos la olla, llevamos a ebullición, bajamos el fuego al mínimo y contamos unos 30′. Apagamos el fuego, esperamos a poder abrirla y en cuando las manitas estén tibias, las sacamos del caldo, las deshuesamos y troceamos la carne groseramente 
  • En una sartén sofreímos el pan hasta que esté bien tostado y lo pasamos a un mortero para hacer la picada. Lo majamos junto con los frutos secos, el perejil, los ajos y las especias  hasta reducirlo a una pasta.
  • En el mismo aceite hacemos el sofrito: tomate, cebolla y pimiento hasta que reduzca bastante, sin quemarse, y se concentre el sabor. Añadimos la mitad de la picada y damos unas vueltas para trabar.

  •  Regamos con unos cucharones del caldo, añadimos las manitas troceadas y unos tacos de patatas  -al gusto-. Incorporamos la pastilla de caldo desmenuzada y lo cocemos todo a fuego suave hasta que la patata esté tierna. Coloreamos con el azafrán  y rectificamos de sal, pimienta y guindilla.
  • Apagamos el fuego, añadimos el resto de la picada, removemos y servimos inmediatamente -y si disponemos de ellas, en cazuelitas individuales de barro o acero inoxidable-

    NOTAS:

    • Hay que ir con mucho cuidado con la guindilla sobre todo si no la solemos utilizar.
    • Antes de sofreír el tomate, podemos sofreír unos taquitos de jamón serrano o/y chorizo -aunque personalmente pienso que incluso en pequeñas cantidades su sabor resalta demasiado-
    • En algunos sitios los preparan añadiéndole al caldo un chorrito de vino blanco -francamente, los prefiero sin-
    • El azafrán puede ser de hebra o colorante alimentario
    • La  pastilla de caldo desmenuzada sirve para realzar el sabor del guiso.
    • Podéis probar a añadirle a la picada un poco de comino molido, le da un toque de sabor muy interesante.
    • Si el guiso nos quedase un poco caldoso se puede espesar picando en el mortero unos trozos de patata y añadiéndole al guiso el puré resultante. 
    • Las verduras del caldo se pueden aprovechar sirviéndolas a parte, aliñadas con un poco de sal recién molida y aceite de oliva

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