Tortita dulce de cerezas

Ingredientes:

  • tortitas de trigo o maíz
  • nata, mantequilla
  • azúcar al gusto
  • harina para espolvorear
  • cerezas + mermelada de cerezas (opcional)
  • unas gotas de vinagre de Módena o manzana

Preparación:

  •  En una sartén calentamos un buen trozo de mantequilla con un par de cucharadas soperas de azúcar.
  • Cuando empiece a espumar, añadimos las cerezas limpias, sin el hueso. Añadimos las gotas de vinagre, les damos unas vueltas hasta que se vuelvan tiernas y suelten un poco de jugo.
 
  •  Sacamos y reservamos la fruta…
  •  … y dejamos reducir a fuego lento el fondo de coción hasta que empiece a espesar y se caramelice. Añadimos la mermelada, si disponemos de ella
 
  • Precalentamos el horno a 210º y mientras extendemos la/s tortita/s -sin que se solapen- sobre una placa de hornear. Y ante la eventualidad de que la nata y los jugos se desborden, formamos un circulo de harina alrededor de la tortita que espolvorearemos con un poco de azúcar al gusto
  • La/s regamos con un buen chorro de nata líquida
  • Colocamos por encima las cerezas salrteadas y repartimos el fondo de cocción trabado con la mermelada de cereza. Espolvoreamos de nuevo con azúcar.
  • Horneamos durante unos 15′, pasado este tiempo las sacamos y con ayuda de una espátula metálica rascamos todo el contorno de harina y azúcar caramelizado y lo distribuimos por encima de la fruta
  • Reintroducimos de nuevo en el horno y esperamos unos 5′ más.
 
  • La/s dejamos entibiar y ya está/n lista/s para su consumo.

NOTAS:

  • Es una receta perfecta en su sencillez, pienso que no sobra ni falta nada.A pesar de su elaboración elemental, el resultado final es espectacular. Así pues, os recomiendo que, antes de empezar a experimentar,  la probeís tal cual para tener el sabor y la textura de referencia.
  • Soy partidario de añadir unas gotas de vinagre de Módena o de manzana -los otros los he descartado tras experimentar con ellos- porque realzan y perfilan el sabor de la fruta, incluso en frutas de por sí ácidas como el albaricoque.
  • La harina con el azúcar y los jugos caramelizados, le dan a la tortita un toque final a migas, a crumble ligeramente crujiente.
  • Puede utilizarse cualquier tipo de fruta, pero quedan especialmente bien: las manzanas, los albaricoques, las cerezas y las ciruelas. Las peras suelen quedar un poco sosas, a no ser que las mezclemos con chocolate negro, dulce de leche o mazapán; y las fresas hay que descartarlas completamente – ¿tal vez asociándolas con chocolate blanco…?-
  • En las frutas ácidas – ésta por ejemplo – os recomiendo ser generosos con el  azúcar. Como veis no indico la cantidad de azúcar a utilizar porque denpenderá del gusto de cada un@
  • Podeís aromatizar las cerezas, añadiendoles en el momento de saltearlas, un chorrito de Kirsch o cualquier otro alcohol que tengais a mano.
  • Ni que decir tiene que podemos reemplazar las tortitas de trigo por hojaldre o pasta brisa
  • Volviendo al azúcar..
 Hace ya bastantes años pasamos unas vacaciones en casa de unos amigos alemanes. Una tarde nos dedicamos a recoger las cerezas -la variedad amarga, resistente a los fríos polares- y otros frutos rojos del jardín, frambuesas, grosellas y fresas. Hecho lo cual, nuestra anfitriona y cocinera se dispuso a prepararnos un afamado postre típico de la región.
 Era una compota, obtenida cociendo a fuego lento todos los frutos recolectados. Se dejaba enfriar y se tomaba tibia. Era el postre escogido para la cena
Llegado el momento de degustar la compota, la repartió generosamente en vasos de cristal para que se apreciase mejor el intenso color rojo del postre y el aroma incomparable de la fruta en libertad.
Cuando el paladar entró en contacto con la primera cucharada de compota, se me erizó hasta el espinazo. No había utilizado azúcar para nada. A pesar de mis esfuerzos por disimular, el ama de casa se percató de la situación y me dijo:
Ra:  Notas el aroma salvaje y el sabor puro de la fruta…?
I: Por supuesto, y has conseguido lo más difícil, que el azúcar no perturbe en absoluto, ni desvirtúe, su sabor…
Ra: Naturlich, ya que el postre no lleva nada de azúcar
I: .. Ah, claro, así cada comensal se sirve el azúcar que quiere…
Ra: No, no…. el azúcar arruinaría la compota. La fructosa de las cerezas  es más que suficiente
I: … Y todo el mundo lo toma así?
  
Ra: …  Bueno, los niños, como son muy golosos, a veces le ponen un poco de nata líquida
I:  Podría probarlo yo también…?  jejeje…
Con desgana y perdonándome la vida me sacó un pequeño tetrabrick de crema de leche que, por supuesto, exprimí hasta la última gota para hacer más llevadero tan amargo trago.
Aún hoy se me pone la carne de gallina con solo recordar la compota de la amistad

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