Ingredientes:
- 2 ajos
- 2 cucharadas soperas de piñones
- 20 hojas de albahaca, más o menos, al gusto
- aceite de oliva de calidad
- 50g queso parmesano
- sal, pimienta
Preparación:
- Ponemos a calentar agua con sal para cocer la pasta y mientras elaboramos el pesto
- Rallamos un buen trozo de parmesano y reservamos
- Ponemos los ajos en un mortero con un buen pellizco de sal gorda y pimienta al gusto. Lo machacamos para reducirlo a una pasta fina. Agregamos las hojas de albahaca, sin tallo, cortadas y seguimos machacando hasta integrar todos los elementos
- Freímos los piñones hasta que coloreen, con cuidado de que no se requemen y los incorporamos, escurridos, al mortero
- Machacamos bien
- Agregamos el aceite de freír los piñones y lo ligamos. Si hiciese falta añadimos un poco más de aceite
- Por último incorporamos queso rallado, no hace falta utilizarlo todo, y lo mezclamos todo hasta obtener una pomada densa
- Y ya tenemos el pesto listo para utilizar
- Una vez la pasta cocida y escurrida, añadimos la salsa y mezclamos bien, para que se impregne de todo el aroma y el sabor de la salsa
- Emplatamos y servimos inmediatamente
NOTAS:
- Es una salsa rústica, de sabor potente, pero deliciosa y muy agradable
- Puede prepararse por adelantado y guardarse en un frasco en la nevera hasta el momento de servir
- La cantidad de ajos y albahaca van en función de los gustos de cada cual. Las cantidades que he dado son para un pesto suave
- Podemos sustituir algunos ajos por anchoas
- Si ha sobrado queso rallado lo serviremos a parte en la mesa
- En esta receta he añadido unas cuantas aceitunas negras en el momento del emplatado que le sientan de maravilla