Ingredientes:
- 250 g de harina
- 125 g de mantequilla
- 125 g de azúcar (máx)
- 1 huevo, pizca de sal
Preparación:
- Colocamos la harina en una ensaladera y el azúcar.
- Y por encima la mantequilla cortada a cubitos pequeños.
- Trabajamos todo con la punta de los dedos -apretando como si contásemos billetes- hasta conseguir que los ingredientes se traben uniformemente y la harina tenga una consistencia arenosa. Para un acabado más uniforme, pasamos unos minutos por las tijeras la sémola obtenida
- Añadimos el huevo batido…
- … y trabajamos todo con una cuchara grande de madera, con movimientos circulares, hasta conseguir que se forme la masa.
- Espolvoreamos con harina.
- Con la cuchara, primero, y las manos, después, le damos a la masa la forma de bola característica.
- la envolvemos de plástico alimentario y la dejamos reposar en la nevera unas horas.
- La sacamos de la nevera, un buen rato antes de utilizarla, para que se ablande y podamos trabajarla mejor.
- La colocamos sobre un buen trozo de papel sulfurizado, en el que habremos marcado con un boli -y recortado- las dimensiones de la tartera, y por encima la cubrimos con otra hoja de papel o plástico. Eso nos permitirá trabajarla y manipularla sin ningún esfuerzo.
- Y ya está lista para usar.
NOTAS:
- Esta masa debe amasarse lo menos posible una vez hayamos incorporado el huevo, es por ello que os sugiero que utilicéis la cuchara de madera
- Es una masa dulce, pero como el relleno también lo será, podéis rebajar la cantidad de azúcar, sin por ello alterar el resultado final.
- Hay pasteleros que utilizan el huevo sin batir, o incorporan el azúcar con el huevo. La diferencia en el resultado es inapreciable.
- El azúcar glass sí que es preferible al ordinario, pero si no tenéis tampoco pasa nada.