Ingredientes :
- 100 gr nueces
- 80 gr azúcar
- 4 cucharadas de agua
- 20 gr aceite de sabor suave
Preparación:
- Abrimos las nueces con cuidado de dejar el fruto lo más entero posible
- Ponemos el azúcar y el agua en una cazuela, cuando empiece a burbujear, añadimos las nueces y vamos removiendo sin parar
- Llegará un punto en el que el agua se haya evaporado por completo y el azúcar se pegue a las nueces adquiriendo una textura granulosa. Es el momento de añadir el aceite.
- Seguimos removiendo continuamente. Al principio las nueces absorberán el aceite por completo; pero luego se volverá a separar quedando en la cazuela un fondo de caramelo aceitoso. Mientras, las nueces se irán tostando y caramelizando hasta presentar un aspecto dorado y brillante.
- Las sacamos con una espumadera y las ponemos separadas encima del mármol de la cocina, para que no se peguen, cuando estén frías la podemos poner sobre un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y las guardamos en botes herméticos, hasta el omento de su uso
NOTAS:
- Podemos comprar las nueces sin cáscara, ya listas para usar. Nos evitaremos así el farragoso proceso de abrirlas
- Los aceites más adecuados, para mi gusto, son el de girasol y el de oliva si queréis un sabor más intenso
- Algunos cocineros utilizan mantequilla. Personalmente no me convence
- En tarros de cristal se conservan más de un mes sin que se enrancien
- Son perfectas para dar un toque crujiente, y de sabor, a helados, cremas y todo tipo de postres
- Muchísimo cuidado al sacarlas recién hechas, pueden producir quemaduras muy desagradables. Si las tenéis que manipular hacedlo con un par de tenedores
- No las pongáis en caliente sobre papel absorbente porque se pegarán y después es prácticamente imposible eliminarlo por completo
- Las nueces unas vez hechas cunden mucho, es por ello que he dado la receta para una cantidad razonable
- Son unas nueces muy adictivas, empiezas con una y no sabes cuando parar… jajaja