
Ingredientes:
- filetes de merluza, sin espinas
- adobo: 2 ajos + 1c.c. (cucharadita de café) colmada de comino molido + 1c.c de pimentón dulce + 1c.c. de orégano + 2 cucharadas soperas de vinagre + un vaso de agua (250cc)
- 1 huevo
- harina
- sal, aceite
Preparación:
- En una ensaladera holgada rallamos los ajos y le añadimos, el vinagre, pimentón, comino molido, orégano y agua. Mezclamos bien


- Cortamos el filete de merluza en porciones y las salpimentamos


- Los introducimos en el adobo y lo dejamos reposar en la nevera, o sitio fresco, una hora, mínimo

- Sacamos los trozos de merluza del adobo y los enharinamos. Reservamos


- Cascamos el huevo, en un plato hondo, lo batimos como para tortilla e introducimos la merluza rebozada, procurando que quede bien impregnada


- Calentamos el aceite en una sartén ancha y cuando tome temperatura, vamos friendo los trozos de merluza, sin que se solapen, primero por una cara, y cuando estén bien dorados, por la otra


- Sacamos los trozos y los colocamos sobre una hojas de papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite. Emplatamos y servimos inmediatamente


NOTAS:
- Originalmente este adobo estaba pensado para el cazón, tintorera o marrajo, como se denomina al tiburón del Mediterráneo.
- En la receta hemos utilizado filete de merluza, pero podemos utilizar cualquier otro tipo de pescado, con o sin espina, marisco, e incluso verduras, cortadas a tiras
- Las cantidades para el adobo son para darle al pescado un sabor suave; se pueden aumentar o disminuir en función de los gustos de cada cual. Aunque, conviene tener cuidado con el vinagre ya que, si damos con el punto justo, el sabor es muy agradable pero si nos pasamos, queda como un regusto avinagrado.
- El vinagre es obligatorio en el adobo, de lo contrario el plato queda soso y poco apetitoso
- Hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo esté el pescado en adobo más pronunciado será su sabor.
- Esta receta la conseguí en San Fernando (Cádiz) de una familia que conocí allí y que lo preparaba a las mil maravillas. Lo cual no tenía nada de extraordinario ya que durante bastantes años, la familia regentó un bar cuya especialidad era el pescaíto frito.
- Los boquerones preparados así, son una auténtica exquisitez